Cuando los jóvenes jugaban de acuerdo al espíritu del Evangelio, era un medio efectivo de lograr la salvación. Les enseñaba a encontrar a Dios presente en todos los aspectos de sus vidas.
Art. 2. Para ello solo se trata de regular esas diversiones de modo que no solo no pase nada en ellos que pueda ofender a Dios, sino también que se entreguen ahí a la alegría más franca, a la total alegría con miras a agradar a Dios, conformándose en eso al precepto del apóstol que dice que « ya comamos, ya bebamos, o hagamos cualquiera otra cosa, lo hagamos en nombre de Jesucristo Nuestro Señor ».
Statuts, Chapitre IX – Des jeux et divertissements
Qué maravillosamente alegre debió ser la casa y claustro de Aix en Provence cada vez que los cientos de jóvenes se reunían. Las hermanas Carmelitas habían fundado el lugar para vivir su relación con Dios a través de su estilo de oración. Ahora los jóvenes de Aix continuaban esa tradición de acuerdo a su estilo juvenil particular — enriqueciendo a la comunidad de Oblatos.
«La alegría no se encuentra en las cosas, sino en nosotros.» Richard Wagner