MAYO 21, 1861 – CONMEMORACIÓN DEL FALLECIMIENTO DE NUESTRO SANTO

El día anterior a su muerte, Eugenio encomienda lo siguiente a su familia Oblata:

Aseguradles que muero feliz… que muero feliz porque Dios ha sido muy bueno conmigo por elegirme para fundar la Congregación de los Oblatos en la Iglesia. 

Y como el último deseo de su corazón:

Practicad entre vosotros la caridad… la caridad… la caridad… y fuera, el celo por la salvación de las almas.

Joseph Fabre (sucesor de Eugenio como Superior General), Circular de 1861 

El año pasado, la Congregación Oblata y la Arquidiócesis de Marsella se reunieron en el sepulcro de San Eugenio para conmemorar el 150 aniversario de su muerte. El actual Superior General y sucesor recordó:

Para nosotros, los Oblatos, San Eugenio fue un hombre ardiente con un gran amor por Jesucristo, la Iglesia y los pobres. Compartió estos dones con la gente de Marsella durante 37 años como Vicario General y después como Obispo.
Al mismo tiempo, era Superior General de los Misioneros Oblatos, guiando esta creciente Congregación desde el Obispado al otro lado de la calle.
Desde esta ciudad nos mandó a predicar el Evangelio a todo el mundo. .. Nosotros, los Oblatos, estamos orgullosos de continuar su inspiración en cerca de 70 países, con más de 4.000 misioneros y numerosos laicos asociados.

Padre Louis Lougen OMI 

Durante su homilía en la Misa, el sucesor actual de San Eugenio como Obispo de Marsella, comentó:

Al Obispo de Mazenod le animaba su pasión por la proclamación del Evangelio. Cristo llegó a él a través del encuentro con los más pobres, uniéndolo a Él y convirtiéndole en un apóstol incansable.
Es un modelo para nosotros. Que la pasión por el Evangelio nos llene y lleve a los más pobres en la iglesia de nuestro tiempo…

Arzobispo Georges Pontier

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