LAS REGLAS: ENRIQUECIDAS A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE LOS DEMÁS

Al escribir a Henri Tempier para invitarlo a unirse a los Misioneros, Eugenio le dice:

viviremos juntos en una misma casa que he comprado, bajo una regla que adoptaremos de común acuerdo, y cuyos elementos sacaremos de los Estatutos de S. Ignacio, de S. Carlos para sus Oblatos, de S. Felipe Neri, de S. Vicente de Paul y del bienaventurado Ligorio. La felicidad nos espera en esta santa Sociedad que sólo tendrá un corazón y una sola alma

Carta a Henri Tempier, el 9 de octubre 1815, E.O. VI n 4.

Las Reglas que Eugenio redactó en septiembre de 1818 en St. Laurent, provinieron de las Reglas de otras Congregaciones religiosas, en especial la de San Alfonso Liguori, quien predicaba misiones desde la perspectiva de Cristo Redentor, así como de los Santos Ignacio, Carlos Borromeo, Felipe Neri, Vicente de Paul y los Sulpicianos.

Eugenio admiraba a todos ellos por su celo ya fuera en la predicación de misiones, su devoción por los pobres, por el ministerio con los jóvenes, en las misiones en el extranjero, el cuidado pastoral, etc. Eugenio construyó igualmente sobre roca firme, pues utiliza las Reglas ya aprobadas por la Iglesia, que contenían la experiencia de vida de otras congregaciones más antiguas.

Los fragmentos que Eugenio adaptó y tomó como propios, expresan claramente su espíritu ya experimentado, y al ser las Reglas de los Misioneros de Provenza, debemos verlas como su realidad propia, expresando el espíritu con el que Dios les llevó a dar respuesta a Su llamado.

Las Reglas son el Evangelio reflejado en la familia Mazenodiana a la luz de nuestro carisma, por tanto podemos proclamar:

“Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.” Salmo 119:105

Esta entrada ha sido publicada en cartas y etiquetada como , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *