La propia experiencia de conversión de Eugenio había sido el hacerse consciente del amor y la misericordia infinita de Dios.
Feliz, mil veces feliz de que ese Padre bondadoso, a pesar de mi indignidad, haya desplegado en mí la inmensa riqueza de sus misericordias.
Notas de retiro, diciembre 1814, E.O. XV n.130
Él describe cómo experimentó la cercanía del amor de Dios una vez que se había reconocido pecador:
habéis olvidado todas mis ingratitudes para ayudarme tan poderosamente como si os hubiese sido siempre fiel; mi tierno padre, que ha llevado a este rebelde sobre sus hombros, que lo ha recalentado sobre su corazón, que ha limpiado sus llagas,etc.
Notas de retiro, diciembre 1811, E.O. XIV n. 95
Él está describiendo la experiencia de ser “abrazado” por Dios. Ahora, el Misionero –el “cooperador del Salvador”- ha de tratar a los pecadores exactamente de la misma forma como él ha sido tratado:
Sea lo que sea, los misioneros acogerán siempre a los pecadores con una caridad inagotable ; los animarán con actitudes cómodas, mostrándoles un corazón compasivo ; los tratarán, en una palabra, como ellos mismos quisieran ser tratados, si se encontraran en una situación desgraciada en la que ellos se encuentran.
Regla de 1818, Capítulo 3 §2. De la confesión.
«La compasión es a veces la capacidad fatal de sentir lo que es vivir dentro de la piel de otro. En realidad nunca puede haber paz y alegría para mí hasta que haya paz y alegría, finalmente, para ti también. » Frederick Buechner