LA JUVENTUD: ENCUENTROS CONSTRUIDOS ASEGURANDO UN EQUILIBRIO

Eugenio describe las actividades de un día típico en un encuentro.

Tengo una hermosa finca a las puertas de la ciudad. He levantado allí una capilla para nuestros ejercicios espirituales. En la huerta tienen todo el espacio necesario para jugar al marro, a los bolos, etc.
Se reúnen allí todos los domingos y los jueves. El domingo, al dar las 7, empezamos con una pequeña lectura para dar tiempo a que se reúnan. Luego se dicen los Maitines de la Santísima Virgen. Después doy una instrucción de alrededor de una hora, más o menos según los días. A la instrucción sigue el rezo de Laudes, mientras me revisto para decir la santa misa. Después de la misa, las horas menores de la Santísima Virgen que terminan nuestros ejercicios de la mañana.
Se desayuna antes de volver a la ciudad, donde llegamos de ordinario a tiempo para la misa mayor.
Por la tarde, después de Vísperas, una hora de catequesis per i bisognosi  [ed. los necesitados]. Sin embargo, todos asisten. El resto del tiempo hasta el oscurecer se dedica al juego

Carta a Forbin-Janson, junio1814, E.O. XV n 125

La idea de dos misas posibilitaba a los jóvenes recibir la Comunión en la primera, sin tener que ayunar toda la mañana. Luego, asistir a la misa mayor en sus parroquias era, probablemente, para tranquilizar a los párrocos de que Eugenio no les robaba a su juventud.

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