Un año después de comenzar la Congregación de los jóvenes, Eugenio podía ver resultados en las vidas de la gente joven. Las cartas de sus miembros, que tenemos en los archivos, muestran que esos frutos perduraron en su vida adulta.
Lo que había comenzado con siete hombres jóvenes había crecido hasta 60 en 1814 – y, finalmente, llegó a alcanzar 280 tres años después. Aprovechando que Forbin Janson visitaba Roma (visita que incluía una cita con el Papa) Eugenio le pidió que tramitara algún reconocimiento oficial para la congregación de la juventud, de modo que sus miembros pudieran beneficiarse espiritualmente en un modo más formal.
El cambio de la mayoría de los jóvenes que acuden a mí (es lo que los distingue de los otros jóvenes de la ciudad: va con el Sr. de Mazenod) ha sido tan llamativo que los padres cristianos desearían todos que me encargase de sus hijos. Pero hacen falta otras condiciones, a más de su buen deseo. Precisamente para cimentar más el bien que se está operando en esta congregación, desearía obtener del Sumo Pontífice indulgencias, aprobaciones y aliento. Comprendes el efecto que esto produciría
Carta a Forbin-Janson, junio1814, E.O. XV n 125