LA LLAMADA DE JESUCRISTO, OÍDA DESDE EL INTERIOR DE LA IGLESIA

Como la pequeña Sociedad de Misioneros de Provenza creció en número y compromisos, uno puede ver la preocupación de Eugenio en establecer un fundamento sólido que asegurase la estabilidad. Desde el comienzo, él vio la importancia de una Regla de Vida cuidadosamente escrita y los miembros de la Sociedad habían estado trabajando en ello durante años hasta realizarla en 1818. Ahora, tres años después, les encontramos reelaborando constantemente la primera versión. A la luz de este pensamiento escribió a Hippolyte Courtès:

El P. Tempier quisiera suprimir estas palabras: *’Aunque la casa de Aix en Provenza sea la capital de la Sociedad», no es que no reconozca la justicia de ese privilegio, sino porque en Roma quedarían sorprendidos al no ver la aprobación del Ordinario de esta casa designada como cuna de la Sociedad Esa observación es justa. Hay que suprimir pues de momento esta línea.

Carta a Hippolyte Courtès, el 21 de febrero 1821, EO VI n. 62

Lo que es importante de este pasaje es entender que todo lo que había sido llevado a cabo por los Misioneros, había sido realizado en comunión con los pastores de la Iglesia. Dios había traído a la existencia la fundación de los Misioneros dentro de la Iglesia, para estar al servicio se su misión universal. La Regla de 1818 era todavía una Regla privada, pero es claro que Eugenio estaba preparando una versión final que fuese aprobada por los pastores de la Iglesia – a nivel diocesano, local, y posteriormente en Roma. Esto fue lo que ocurrió el 17 de febrero de 1826.

Nuestra Regla de Vida actual continua asentándose sobre este fundamento:

El llamamiento de Jesucristo, que se deja oír en la Iglesia a través de las necesidades de salvación de los hombres, congrega a los Misioneros Oblatos de María Inmaculada.

CC&RR, Constitución 1

Por amor a la Iglesia, los Oblatos cumplen su misión en comunión con los pastores que el Señor ha puesto al frente de su pueblo; aceptan lealmente, con fe esclarecida, la enseñanza y las orientaciones de los sucesores de Pedro y de los Apóstoles..

CC&RR, Constitución 6

 

“Uno puede comprometerse con la Iglesia y no comprometerse con Cristo, pero no puedes comprometerte con Cristo y no hacerlo con la Iglesia”     Joel Osteen

Esta entrada ha sido publicada en cartas y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *