… seguir haciéndoles aprender de memoria todos los días algunas versiones del Nuevo Testamento
Carta a Henri Tempier, 18 Junio 1821, EO VI n. 68
La familiaridad con las Sagradas Escrituras era un requisito esencial para el Misionero. Era un proceso que comenzaba en el noviciado. Esto significaba que si el novicio aprendía, por ejemplo, dos versículos por día, a final de año estaría familiarizado con unos 600 versículos del Nuevo Testamento. Lo que se refleja aquí es la pasión del propio Eugenio por la Palabra de Dios, que leía cada día.
En los archivos Oblatos de Roma tenemos la pequeña Biblia que Eugenio siempre llevaba en su bolsillo. En ella hay una nota en la que él calcula cuántos capítulos del Antiguo y del Nuevo Testamento tenía que leer cada día para haber leído la Biblia entera cada año.
Sus escritos atestiguan su familiaridad con la Biblia y por ello era capaz de decir en 1837, cuando se preparaba para convertirse en Obispo de Marsella:
Os doy gracias, Señor, por haber hecho surgir esta luz del sagrado depósito de vuestras Santas Escrituras. Al indicarme el camino que debo seguir, y al darme el deseo de seguirlo, añadiréis el poderoso socorro de vuestra gracia
Retiro preparatorio para tomar posesión de la sede episcopal de Marsella,
Mayo 1837, EO XV n.185
“La gente no puede hacer que la Escritura se acomode a sus estilos de vida; deben hacer que sus estilos de vida se acomoden a la Escritura.” Edwin Louis Cole