El cariñoso Eugenio escribió a los jóvenes oblatos de Laus tan pronto como llegó a Aix tras su visita. Vemos aquí al emotivo Provincial Eugenio que desborda amor hacia los miembros de su familia religiosa. Cuando habla de su cariño hacia los Misioneros en términos humanos, siempre hace hincapié en la motivación espiritual – esto es porque se deleita en sus virtudes y en el modo en que reflejan los dones que Dios les da. Es un deleite que viene porque les ve entender y vivir el carisma de oblación.
Mis queridos hijos,
nunca me he separado de vosotros con más pena; ha sido hasta el punto de tener que dejaros ver cuánto me costaba, porque comprendía que era una gran imperfección en mí. Me parece que debería querer que me amáseis menos, aunque la verdad, no adelantaría nada porque os amaría siempre lo mismo, ya que mi extremo afecto para vosotros está principalmente fundado en vuestras virtudes y en las felices cualidades con las cuales Dios os ha favorecido.
Mis queridos amigos, creed que sólo estoy ausente de cuerpo, mi espíritu y mi corazón están con vosotros. ¿Os lo diré? La casa me parece un desierto, os he buscado todo el día sin poder encontraros y sin embargo no he hablado sino de vosotros.
Adiós, queridos y buenos, adiós amable familia. Os aprieto a todos contra mi corazón y os abrazo tan tiernamente como os amo.
A los novicios y estudiantes de Nuestra Señora de Laus,
15 Agosto 1821, EO VI n 69
“Estamos ante una mata ardiendo cuando otros seres humanos comparten con nosotros algo de su relación con Dios o de las necesidades de sus corazones. En esos momentos puede que nos demos cuenta de que estamos en tierra sagrada” Margaret Silf