EN VISTA DE LA CRÍTICA, UN RECORDATORIO DE QUE LOS MISIONEROS TRABAJAN PARA DIOS

He reflexionado detalladamente en esta carta de Eugenio, pues nos da una idea de las dificultades reales que enfrentaban los Misioneros en la animación de sus misiones parroquiales. La carta finaliza más bien duramente, cuando Eugenio recuerda al párroco: “Esta carta puede parecerle severa, en especial si ha olvidado el contenido de la de usted.” Sin embargo, Eugenio tenía la responsabilidad de defender la buena reputación del ministerio de los Misioneros.

Su carta quedará entre nosotros como un monumento a la ingratitud de los hombres. Enseñará a los misioneros que no deben esperar de los hombres, como recompensa por sus trabajos, sino injurias y desprecios, y poner toda su confianza solo en Dios…
Esta carta le parecerá severa, sobre todo si ha olvidado el contenido de la suya; no importa, tiene que considerarla como una respuesta necesaria a la que he recibido de Ud. En conciencia he tenido que rechazar unas inculpaciones que ofendían mi ministerio y a la corporación de la que formo parte; pero sólo lo he hecho en defensa de la verdad…
No por eso dejo de estar lleno de veneración por Ud. cuyos méritos conozco y aprecio, y no por eso dejo de estar dispuesto a probarle ahora y siempre que no tiene amigo más fiel; estos sentimientos son sinceros y no son incompatibles en mí con la voluntad de usar libremente el derecho de expresar mi pensamiento cuando se ataca injustamente nuestra conducta y nuestras intenciones.

Carta al Párroco de Brignoles, Agosto 23, 1821, EO XIII núm. 39

 

“La prueba final de la grandeza reside en ser capaz de soportar la crítica, sin albergar resentimiento.”      Elbert Hubbard

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