Haciendo los preparativos para la misión de Aubagne, Eugenio toca el corazón de la misma, esto es, el encuentro personal con Dios de cada uno en el sacramento de la reconciliación. El párroco de Aubagne había sido formador en la congregación religiosa de los Lazaristas y, por eso, Eugenio podía decirle que los Misioneros seguían el sistema de San Vicente de Paul para las confesiones. Esto significaba tener disponibles tantas horas como fueran precisas y tomar todo el tiempo necesario para toda persona que viniese al sacramento.
Me gustaría conocer exactamente cuál es la población de su parroquia para determinar el número de misioneros. Como seguimos para las confesiones el método de su santo patriarca san Vicente de Paul, aunque confesando continuamente, no vamos muy deprisa.
Carta al P. Figon, Párroco de Aubagne, 5 de Octubre de 1822, EO XIII n. 42
Como hemos visto en previas entradas sobre esto [cf. 12-21 de Julio de 2011] lo que ocupaba un lugar privilegiado en cada misión popular era el encuentro sacramental individual con cada persona. Todavía había otro modo importante en el cual los Misioneros expresaban su cercanía con la gente: tratar a cada uno en la confesión como la persona más importante en ese momento y darle su total atención ministerial por el tiempo que fuese necesario.
“La regenración social es la regeneración de la sociedad a través de la educación individual” Jean de la Bruyere