Después de regañar al joven Marius Suzanne por no haber cuidado lo suficiente su salud, Eugenio le había pedido que descansara un poco más en Aix. Allí, sin embargo, el joven sacerdote no podía contener su entusiasmo misionero y se entregó al ministerio de la confesión.
Verás por lo que acabo de decirte que no has interpretado mal mi pensamiento quedándote unos días más en Aix; únicamente hubiese deseado que dosificaras las confesiones que has emprendido para poder tomar el descanso que te había prescrito imperiosamente.
No importa que no sintieses ya el cansacio, habías gastado tus fuerzas en las memorables misiones y retiros anteriores.
Carta a Marius Suzanne, 23 Abril 1823, EO VI n 102
Era una lección que el propio Eugenio tenía que aprender. Henri Tempier se preocupaba constantemente en forzar a Eugenio a vivir una vida equilibrada y a que descansara lo suficiente. Como Eugenio aprendió a poner esto en práctica a base de enfermedad y sufrimiento, intentó ayudar a los jóvenes Oblatos a no caer en la misma trampa de agotarse totalmente y no ser capaces de llevar a cabo su ministerio de un modo efectivo.
“El liderazgo es un papel activo; ‘liderar’ es un verbo. Pero el líder que intenta hacerlo todo se dirige al agotamiento, y con una urgencia poderosa.” Bill Owens