¿QUIÉN ES SAN EUGENIO? MÁRTIR DE LA CARIDAD

No encontré entre aquellos pobres prisioneros y aquellos muchachos que me miraban como su padre más que a almas agradecidas y corazones llenos de afecto que respondían del todo a la tierna caridad que yo sentía por ellos.

Diario del 31 de marzo 1839, E.O. XX

He deseado toda mi vida morir víctima de la caridad. Sabes que esta corona me fue quitada desde los primeros años de mi ministerio. Dios tenía sus designios ya que me quería encargar de dar una nueva familia a su Iglesia, pero para mí hubiera valido más que me dejara morir de ese bendito tifus que había recibido al servicio de los prisioneros.

Carta a Henri Tempier, el 12 de septiembre 1849, E.O. X n.1018

Aquí me he restablecido por entero de una enfermedad que me había llevado a las puertas de la tumba; no me he recobrado de ella más que gracias a las innumerables y muy fervorosas oraciones que de todos los rincones de la ciudad se han elevado a Dios por mí…
Fue en los cuarteles donde estaban amontonados 2000 prisioneros austríacos, donde contraje la que llaman enfermedad de las cárceles. El día de san José por la mañana estaba en las últimas…

Carta a Charles Antoine de Mazenod, el 17 de junio 1814, E.O. XV n. 126

Primera misa de la noche de Navidad: La gracia de reparar mis faltas con una vida dedicada total y únicamente al servicio de Dios y a la salvación de las almas. El espíritu de Jesucristo, la perseverancia final y hasta el martirio, o por lo menos, la muerte sirviendo a los apestados, o cualquier otra clase de muerte por la gloria de Dios o la salvación de las almas

Intenciones de mis misas, E.O. XIV n.100

Conducir a los hombres a actuar como criaturas racionales, luego como Cristianos y, finalmente ayudarles a llegar a ser santos

Regla de 1818 Nota Bene

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