1819- El santuario Mariano de Notre Dame du Laus es confiado a los Misioneros como un lugar de misión permanente. Durante los meses cálidos, los Misioneros daban la bienvenida a los peregrinos y les predicaban el Evangelio mientras que, durante los meses fríos, ellos iban a los pueblos de los alrededores a predicar misiones populares. Este santuario era el primero de los nueve confiados a los Oblatos en Francia en vida del Fundador.
Invoco para eso la protección de la Santísima e Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, atreviéndome a recordarle, con toda humildad pero también con consuelo, la devoción filial de toda mi vida y el deseo que siempre he tenido de procurar que fuera conocida y amada y de propagar su culto en todas partes por el ministerio de aquellos que la Iglesia me ha dado como hijos y que se han asociado a mis planes
Testamento de Eugenio de Mazenod, el 1 de agosto 1854, E.O. XV n. 191