Eugenio continúa reflexionando en su proceso de discernir la voluntad que Dios tiene para él mientras se recupera de su enfermedad casi mortal. Su deseo de ser “todo para Dios” lo atrajo a la vida monástica. Todavía él está viviendo el “todo para Dios” respondiendo a las necesidades de la gente abandonada de Provenza y ve la necesidad de formar parte de una predicación de misiones hecha en otras partes de Francia, pero sin abandonar a la gente necesitada de Provenza.
No tengo nada oculto para ti. Por eso te digo que nado entre dos proyectos: el de ir a enterrarme en alguna comunidad bien regular de una Orden que siempre he amado; el otro, el de establecer en mi diócesis precisamente lo que tu has hecho con éxito en Paris. Me enfermedad me ha dejado baldado. Sentí mayor inclinación por el primero de esos proyectos, porque a decir verdad , estoy algo cansado de vivir únicamente para los demás. Me ha ocurrido no tener tiempo de confesarme en tres semanas: ¡juzga si trabajo!
Carta a Forbin-Janson, el 28 de octubre 1814, E.O. VI n 2