Eugenio había participado en los primeros diez días de la misión en Ventabren. Luego hubo de volver a Marsella, dejándola en las manos de dos jóvenes sacerdotes y el hermano escolástico Marius Bernard.
Una semana después, el Padre Honorat parecía no haber tenido el éxito esperado en la misión en Ventabren y a Eugenio le preocupaba el resultado final.
En el estado presente, es necesario que yo o el P. Suzanne vayamos en vuestra ayuda. No lo es todo reunir a la gente en la Iglesia, hay que instruirla, hay que conmoverla para que se conviertan.
Estáis lejos de eso, si sólo tenéis la mitad de los hombres y estoy preocupado por el resultado final.
Carta a Jean Baptiste Honorat, Enero 27, 1824, EO VI núm. 127
La frase “no lo es todo reunir a la gente en la Iglesia” sigue siendo verdad hoy en día. El Oblato debía enseñar y convertir a los presentes. Es una pregunta pertinente para quienes somos responsables de la liturgia en nuestras Iglesias: ¿estamos claramente enfocados en lo que deseamos lograr con la gente que es encomendada a nuestro cuidado?
“La fe cristiana no es sólo enseñanzas, dichos sabios y un código moral o tradición. La fe cristiana es un encuentro verdadero y una relación con Jesucristo. Transmitir la fe significa crear en todo lugar y ocasión las condiciones que lleven a este encuentro entre la persona y Jesucristo. La meta de toda la evangelización es crear la posibilidad de que ocurra este encuentro, que es al mismo tiempo, íntimo, personal, público y comunitario”. Artículo 18 del documento de trabajo en preparación para el sínodo sobre “La Nueva Evangelización para la Transmisión de la Fe Cristiana.”