COMPROMISO HACIA EL DISCIPULADO EN LA IGLESIA

Bernard Vachon, escolástico Oblato, había sido ordenado al sub-diaconado. Esta función ya no existe en la Iglesia, pero en esa época se trataba de un compromiso definitivo del estado clerical, hacia la ordenación sacerdotal. Eugenio no asistió a la ordenación, pero le felicita y le recuerda que su compromiso es como un matrimonio con la Iglesia.

Aunque no me hayáis participado, mi querido amigo, vuestro matrimonio con la Iglesia, no me descuidaré en felicitaros. Ya sois subdiácono, consagrado a Dios por consiguiente de modo especial; es un gran paso que habéis dado: “ad majora” ahora; estoy bien contrariado por no haber podido asistir a la ceremonia de esa primera consagración, os habría abrazado con todo el corazón, pero no por eso os he olvidado, porque no he dejado de ofrecer el santo sacrificio por nuestros ordenandos; habéis tenido vuestra buena parte pero ¡ay! aunque sólo seáis dos.
Espero llamaros al diaconado por la Trinidad y en septiembre para el sacerdocio; arregle en consecuencia sus asuntos con Dios; hágase cada vez más virtuoso y santo y no me olvidéis en vuestras oraciones a las cuales me encomiendo abrazándoos de todo corazón. Adiós.

Carta a Bernard Vachon, Abril 9, 1824, EO VI núm. 134

 

“Cuando caminamos sin la cruz, cuando construimos sin la cruz y confesamos a Cristo sin la cruz, no somos discípulos del Señor: somos del mundo, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.” Papa Francisco

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