Los textos que tenemos sobre los cumpleaños de Eugenio son siempre una ocasión por él de reflexionar sobre la dirección de su vida. Un ejemplo:
1 de agosto: Un año más que añadir a los 58 ya vividos. Entro al menos hoy en mis 59 años, de ellos 25 pasados en el mundo, y 25 en el estado eclesiástico desde la tonsura hasta el sacerdocio, y pronto 8 años en el episcopado. Sacerdote a los 28 años cumplidos y 5 meses, obispo a los 49 cumplidos y 3 meses. Todos estos cálculos prueban primero que no soy joven ni mucho menos, y me explican suficientemente el disgusto que siento por todas las cosas de aquí abajo. Me recuerdan también los beneficios de Dios; ojalá que no me reprocharan mi poca correspondencia a la gracia de mi triple vocación.