Estamos empezando a conocer a la primera generación de Oblatos que llegó después del grupo fundador. Son nombres que encontraremos frecuentemente en los escritos de Eugenio – Oblatos que dejaron su huella en nuestra historia misionera.
Hippolyte Courtès es uno de ellos. Hasta la muerte de Eugenio, Courtès fue su amigo y confidente y vemos cómo le cultiva y ayuda en el crecimiento de su vocación como misionero Oblato, como superior de la casa de Aix a una temprana edad y como formador de las siguientes generaciones de misioneros. Aunque tenía celo y capacidad, también tenía una tendencia al pesimismo. Eugenio exclama con frustración:
Te lo he dicho con frecuencia que abro siempre tus cartas temblando. son tan pocas las que no tienen algo desagradable o preocupante
Carta a Hippolyte Courtès, Octubre 15, 1824. EO VI núm. 155
Sin embargo, Eugenio fue siempre amable y le alentaba, manteniéndose en contacto regular para ser su guía y consejero en sus varias responsabilidades.
Hay que esperar mi querido amigo, todas las pruebas posibles. Siento cuán sensible debes ser a la disposición de la mayoría de aquellos a quienes prestas tus cuidados con tanta asiduidad y trabajo.
Consuélate reconociendo que es un nuevo ardid del enemigo de todo bien del cual no sería razonable esperar la menor tregua.
Carta a Hippolyte Courtès, Octubre 11, 1824, EO VI núm. 154
“Hijo, hermano, padre, amante, amigo. Hay lugar en el corazón para todos los afectos, como hay lugar en el cielo para todas las estrellas.” Víctor Hugo