EL ENCANTO QUE SIENTO EN ESTAR CON NUESTROS OBLATOS ES TODO PARA MÍ

Hacia finales de octubre de cada año, la comunidad Oblata en Aix tenía su retiro anual y ese año Eugenio había llegado de Marsella para ello. Escribió a Henri Tempier en Marsella:

Si no es absolutamente necesario que esté en Marsella el día de todos los Santos, pasaré aquí esa fiesta. Comprenderás cuán difícil me sería llegar a Marsella para la hora del oficio, que perdería tal vez a pesar de la prisa que me diera; disponga a mí tío que me conceda ese permiso. Me es tanto más necesario cuanto que habiendo guardado un muy estricto retiro, no he podido ver a nadie, y sin embargo todos saben que estoy aquí, y como no tienen mucha idea de lo que es un retiro exactamente guardado, algunas personas estarían tentadas de encontrar mal que haya pasado ocho días en Aix sin verles. ¡Dios sabe si me pasaría de buena gana!

Luego contrasta el gusto genuino de estar con su familia Oblata, con la tarea de tener que pasar por la finura y corrección de la sociedad con la que su puesto requería interactuara.

El encanto que siento en estar con los nuestros, es todo para mí,
y luego las reflexiones que se hacen en un retiro que se hace bien, nos dan una repugnancia por tantas cosas y de tantas gentes que hay que hacer un esfuerzo sobre uno mismo para acercarse a los hombres y plegarse al código de cortesía y a lo que llaman conveniencias

Carta a Henri Tempier, Octubre 29, 1824, EO VI núm. 156

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