LA CALIDAD QUE IDENTIFICA EL TRABAJO DE LOS OBLATOS ES LA MISION CONTÍNUA COMO CENTRO

Eugenio les recuerda a los jóvenes misioneros que uno de los objetivos principales del ministerio Oblato era instruir a la gente, que como resultado de la Revolución Francesa, generalmente no había recibido instrucción sobre su fe y se encontraba confundida en sus valores. Es importante para nosotros hoy en día, tener en mente que Eugenio quería que doquiera se encontraran los Oblatos, estos fueran lugares de misión continua para los abandonados a su alrededor – un lugar de instrucción continua para llevar a la gente a una mayor conversión y una relación más cercana con Jesús el Salvador.

Di al P. Suzanne que es importante emplear varios días para instruir al pueblo sobre lo que se llama la vida cristiana. Hay que insistir mucho para hacerles sentir la necesidad de practicar la virtud, darles para ello una gran estima, primero de la calidad de cristiano, de la que no han hecho ningún caso hasta el presente; volver sobre lo que hay de práctico en la ley de Dios, los mandamientos de Dios y de la Iglesia porque de relieve todo cuanto ataña a la religión, hay que enseñarles a respetar hasta en las cosas pequeñas, tronar contra las bromas tontas que se permiten algunas veces sobre la religión para decir un chiste; esa licencia es bastante común entre los campesinos.
En una palabra hay que hacer bien las cosas desde la oración de la mañana hasta la de la tarde, desde el primer día del año hasta el último. Varias veces he utilizado para explicar eso, sea el resumen de la fe, sea el reglamento de vida, que se encuentra en la colección de cánticos.

Carta a Jacques Marcou, Diciembre 18, EO VI núm. 161

Una vez que la gente había recibido el conocimiento básico de su fe, podría recibir ayuda para profundizar su relación con Dios, a través del proceso de una conversión continua.

 

“Aun en Roma hay gente que vive sin esperanza e inmersa en profunda tristeza de la cual tratan de librarse, creyendo haber encontrado la felicidad en el alcohol, en las drogas, en el juego, en el poder del dinero, en el sexo sin reglas. Pero se encuentran a sí mismos aún más desalentados y en ocasiones sacan su ira hacia la vida a través de actos violentos indignos del ser humano… A quienes hemos descubierto la alegría de tener a Dios nuestro Padre y Su amor por nosotros ¿podemos estar frente a nuestros hermanos y hermanas ociosamente y no proclamarles el Evangelio? Quienes hemos encontrado en Jesucristo, quien murió y resucitó, el significado de la vida, ¿podemos ser indiferentes a esta ciudad que clama, incluso tal vez aun inconscientemente, esperanza?… Somos cristianos; somos discípulos de Jesús no para envolvernos en nosotros mismos, sino para abrirnos a los demás para poder ayudarles, para llevarles a Cristo y proteger a todas las criaturas.”    Papa Francisco

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