Charles-Dominique Albini se había unido a los Misioneros de Eugenio como predicador. Después de su período inicial en el noviciado, se estaba educando para tomar su ministerio. Sin embargo Eugenio le pidió dejar a un lado la predicación por un tiempo y concentrarse en la tarea de traducir la Regla al latín.
El P. Tempier opina que el P. Albini, se ocupe exclusivamente de la traducción empezada y que no vaya a la misión. Ha hecho la misma observación que nosotros sobre la mezcolanza de una traducción hecha por varios individuos que tienen cada uno su modo. Ese defecto saltará a la vista. Preferiría pues que uno solo se encargara; y como estás demasiado ocupado para encargarte, parecería que debería ser preferible el P. Albini.
La cosa no es fácil de decidir. Ese buen P. Albini, habiendo contado con las misiones ¿no sería darle un disgusto demasiado sensible apartándole de ellas? Habría otro motivo y es que dieses tu color a toda la obra retocando aun lo que el P. Albini ha hecho bien.
Carta a Hippolyte Courtès, Febrero 21, 1825, EO VI núm. 170
El entusiasmo misionero de Albini no cesaría, como nos cuenta Yvon Beaudoin:
El Padre Albini habría de salir en algunos días para la misión de Puyloubier, que predicó con los Padres Mye y Honorat del 29 de febrero al 25 de marzo. Cf.: Misiones O.M.I., 1897, págs. 222-228. Sin embargo, encontró el tiempo para traducir la mayor parte antes de su partida. Escribe al Fundador el 26 de febrero: “He trabajado noche y día para traducir la mayor parte de nuestras Constituciones. El trabajo ha sido hecho en forma más bien apresurada; hubiera querido revisarlo, pero al no haber tenido tiempo para hacerlo, espero nuestro buen Padre Courtès podrá ocuparse de ello…” Orig., archivos de la Postulación. (Nota al Calce a EO VI núm. 170)
“Dios me ha creado para hacer un servicio definido; me ha encomendado algún trabajo que no ha dado a nadie más. Tengo mi misión – puede que no lo sepa en toda esta vida, pero lo sabré en la siguiente… Comparto una gran tarea; soy un eslabón en una cadena, un vínculo entre las personas…” Beato John Henry Newman