Los Oblatos estaban comprometidos con el bienestar de la iglesia local, que incluía proporcionar buenos ministros, ya fuera como misioneros Oblatos o como sacerdotes diocesanos.
Tenga la seguridad, Monseñor, que no descuidamos nada para preparar para la Iglesia unos Ministros dignos de su servicio. Tenemos el consuelo de ver cómo el Señor bendice los esfuerzos de nuestro celo por su gloria, pero sería demasiado grande la dicha si no tuviéramos que lamentar la infidelidad a la gracia de algunos.
Durante 1825 varios novicios habían dejado a los Misioneros, y los Padres Bernard Vachon y Jean Joseph Touche, ambos de la Diócesis de Digne, estaban por marcharse también. Para Eugenio siempre fue un duro golpe cuando la gente no permanecía fiel a sus compromisos.
También nosotros tenemos que participar en la amargura que debió sentir el Corazón de Jesús a causa de la traición de Judas. A juzgar por el dolor que yo siento con esta clase de infidelidades, debió ser excesivo. Es un cruel correctivo al gozo que me proporciona la perfección de vida que llevan todos cuantos se someten a nuestras Reglas.
Carta al Obispo Miollis de Digne, Junio 22, 1825, EO XIII núm. 46
De nuestra Regla de Vida:
“Nos ayudaremos mutuamente a encontrar gozo y dicha en nuestra vida de comunidad y en nuestro apostolado. Y nos animaremos en nuestra decisión de mantenernos fieles a la Congregación, aun cuando, por alguna circunstancia, ella hubiera de dispersarse, o cuando nosotros mismos sintiéramos la tentación de abandonarla.”
CC&RR, Constitución 29
“La discrepancia de parte de los pastores y los fieles entre lo que dicen y lo que hacen, entre la palabra y el estilo de vida, está socavando la credibilidad de la Iglesia”. Papa Francisco