Eugenio alienta a sus misioneros a un estilo modesto de predicación, al notar cuánto les ama la gente sencilla, que agradece la cercanía de los Oblatos con ellos.
He visto con el más dulce de los consuelos, que toda la gente buena y sobre todo los que van con sencillez ante Dios, están muy apegados a sus misioneros. No importa que algunos orgullosos deseen que se halaguen sus oídos con sonidos profanos; es como considero a algunos discursos que gustan pero que no convierten.
Mantengamos siempre nuestro sistema que tiene sus raíces en la verdad y que Dios se digna sancionar con su gracia.
Carta a Pierre Mie, Septiembre 19, 1825, EO VI núm. 198
“No tiene caso caminar a algún lugar para predicar, a menos que nuestra caminata sea nuestra predicación.” Francisco de Asís