En muchas de las publicaciones anteriores vimos la oposición expresada por muchos de los sacerdotes de Aix hacia el ministerio de Eugenio y los Oblatos durante sus primeros años de vida. Esta carta muestra cómo se había avanzado. El ministerio de los Oblatos había dado fruto en la ciudad y logrado el cambio de opinión de los pastores. En un gesto de confianza, ahora se acercaban a Eugenio e invitaban a los Oblatos a predicar los sermones del año del Jubileo en todas las iglesias de la ciudad. Con alegría Eugenio respondió:
Me ha conmovido profundamente la carta que Uds. han tenido el honor de escribirme. Si es cierto, como Uds. me dicen, que hemos tenido la dicha de hacer algún bien a sus feligreses, damos gracias al Señor de corazón, porque no podía concedernos una gracia que apreciáramos tanto como la de contribuir a la santificación de la ciudad que fue la cuna de nuestra Sociedad, a la que nos atan tantos lazos.
Les asegura de la total cooperación de los Oblatos en esta tarea.
No sólo todos nuestros misioneros están a sus órdenes para esa memorable época del jubileo, sino que no hay ninguno que no esté dispuesto constantemente a demostrarle, con todos los servicios que comporta nuestro santo ministerio, el deseo que tiene nuestra Sociedad de complacerles y ayudarles siempre al bien que su celo no cesa de inspirarles para la salvación de sus feligreses…
Todo cuanto puedo decirles desde ahora, es que pueden contar con diez misioneros que podrán hacer el servicio de sus cinco parroquias, durante todo el mes que ha de durar el jubileo;
Carta a los Pastores de Aix, Octubre 20, 1825, EO XIII núm. 47
Hoy en día este espíritu de cooperación continúa, como se expresa en nuestras Constituciones y Reglas:
“En las Iglesias locales donde trabajan, coordinan su actividad misionera con la pastoral de conjunto y colaboran fraternalmente con los demás obreros del Evangelio.” Constitución 6
“La gratitud da sentido a nuestro pasado, trae paz a nuestro presente y crea la visión del mañana.” Melody Beattie