DURANTE UNA TORMENTA NECESITAMOS MANTENER NUESTROS OJOS FIJOS EN EL IDEAL

Al reflexionar sobre el efecto en los Oblatos causado por la mala conducta de Vachon, Eugenio concluye que la única forma de sobrevivir a los golpes severos era mantener su atención enfocada firmemente a la Regla Oblata de vida, viviendo cada aspecto de nuestra vida bajo su luz (en un espíritu de uniformidad), asegurando un trayecto seguro.

Sé que no somos los únicos en estar expuestos a parecidas desgracias; no hay sociedad que no cuente con varias; pero nuestro pequeño número hace que esos golpes sean más sensibles y la disposición de los espíritus más funestos.
Hay que llegar sin embargo a la sumisión de los decretos de la Providencia divina; la humillación que resulta para toda sociedad es tal vez un camino más útil que la prosperidad, y debemos aprovecharlo para hacernos más perfectos y más fieles a la observancia de nuestras Reglas y al espíritu de nuestro Instituto.
He ahí la conclusión que saco de todas esas calamidades que nos abruman. Que más que nunca se observen estrictamente las Reglas. Velad directamente sobre eso en Marsella: las cosas nunca han ido a mi gusto. Cortad todo cuanto obstaculiza la regularidad; no importa que se haga menos exteriormente; se gana mucho cuando se perfecciona a sí mismo. Sólo con la práctica exacta de las Reglas se hacen familiares y se apega uno invariablemente a ellas.

 Carta a Henri Tempier, Noviembre 26, 1825, EO VI núm. 208

 

“La convicción sincera es mi valentía; la Constitución es mi guía.”    Presidente Andrew Johnson

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