ROMA: CAPITAL DEL CRISTIANISMO

Finalmente Eugenio llegó a Roma el 26 de noviembre. Era su primer visita a la ciudad y un sentimiento de asombro le embargó al estar ahí. En todas las cartas que escribió y en el Diario que llevó, describe las muchas visitas y experiencias en la ciudad que llamó “la capital del Cristianismo.” Escribió a Hippolyte Courtès:

Revienta de avaricia, mi querido Courtés, y aunque el porte de mi carta deba arruinarte, no resisto las ganas de escribirte y de fechar mi epístola en Roma, no sólo porque es la Sede del Vicario de Jesucristo, del Jefe visible de la Iglesia, sino también porque es de algún modo un “Compendium” del cristianismo

Carta a Hippolyte Courtès, Diciembre 6, 1825, EO VI núm. 210

 Al explorar algunos de estos escritos, veremos algo del asombro que Eugenio experimentó en la ciudad.

(Pueden consultar la versión completa de sus escritos al respecto en los archivos en inglés: “Writings of St. Eugene 1824 – 1825” y “Writings of St. Eugene 1826 – 1827” en http://www.omiworld.org/file-for-animation.asp?cID=7)

 

“Quien no pueda ya hacer un alto y perdurar asombrado, puede igual estar muerto; sus ojos se encuentran cerrados.” Albert Einstein

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