Habiendo presentado al Papa el panorama de lo logrado por los Oblatos en los primeros diez años de nuestra existencia, Eugenio subrayó la importancia de nuestra Regla de Vida. Los obispos del sur de Francia ya habían dado su aprobación y ahora era primordial recibirla global y permanentemente del jefe de la Iglesia.
La experiencia de casi diez años prueba que sus Reglas sirven para lograr los fines que se proponen los miembros de la Sociedad. La probación de siete obispos tan recomendables como son el Sr. Arzobispo de Aix y los Sres. Obispos de Marsella, de Gap, de Digne, de Frejus, de Nimes y de Niza, son una segunda garantía no menos segura que los Misioneros se atreven a presentar a Su Santidad.
Dígnese, santísimo Padre, colocar ahí el último sello y consolidar para siempre una obra tan importante, protegiéndola con la sanción pontificia y con su bendición apostólica.
Petición para la aprobación del Papa León XII, Diciembre 8, 1825, EO XIII núm. 48
“Las Constituciones y Reglas indican a cada Oblato el modo de caminar siguiendo las huellas de Jesucristo. Se inspiran en el carisma que vivieron el Fundador y sus primeros compañeros; además han recibido la aprobación oficial de la Iglesia. Permiten así que cada uno evalúe la calidad de su respuesta al llamamiento recibido y llegue a ser santo.”
CC&RR, Constitución 163
“Vive tu vida como si cada acción fuera a convertirse en una ley universal.” Emanuel Kant