Eugenio escribió una dedicatoria en la primera página de sus notas de estudio en el seminario:
A mayor gloria de Dios y de la Virgen Inmaculada. Bajo los auspicios de esta Virgen concebida sin pecado…para que éstos y antes que éstos la Madre Inmaculada me asistan en el difícil curso de los estudios
(Ad maiorem Dei Laudem et gloriam, necnon Beatae Virginis Immaculatae. Sub auspiciis eiusdem Virginis sine labe originali conceptae […] ut isti et prae istis Mater Immaculata praesto mihi sint in difficili studiorum curriculo.)
Traité de la pénitence, Ms. Oblate General Archives, DM-III 8a
Así como María reflexionó y aprendió de la presencia de Jesús en su vida, Eugenio quiso también tener la misma actitud en sus estudios como seminarista.
“La fe de María como trayecto. El Consejo dice que María ‘avanzó en su peregrinaje de la fe’. De esta forma nos precede en el peregrinaje, nos acompaña y sostiene.… Dedicó toda su vida a seguir a su Hijo: Él – Jesús – es el camino, Él es el sendero! Para avanzar en la fe y en el peregrinaje espiritual que es la fe, no hay como seguir a Jesús; escucharle y ser guiado por Sus palabras; ver cómo actúa y seguir Sus huellas; tener Sus mismos sentimientos.” Papa Francisco