A la mañana siguiente, 14° aniversario de su ordenación al sacerdocio, Eugenio celebró la Misa en la tumba de San Pedro. El día anterior se había reunido con el Papa León, sucesor de Pedro, para solicitar su aprobación para la Congregación y Regla de los Oblatos. Hoy había traído la Regla y la había colocado en la tumba de Pedro, antes de entregarla a los asistentes del Papa, para su estudio y decisión.
“Llevé conmigo nuestro precioso volumen y lo deposité sobre la confesión de S. Pedro, mientras mi compañero ofrecía el santo sacrificio, suplicando al Jefe de los Apóstoles y a San Pablo y los demás santos Papas que están enterrados en este mismo lugar, las aprobaran y las bendijeran.”
Carta a Henri Tempier, Diciembre 22, 1825, EO VI núm. 213
“Por amor a la Iglesia, los Oblatos cumplen su misión en comunión con los pastores que el Señor ha puesto al frente de su pueblo; aceptan lealmente, con fe esclarecida, la enseñanza y las orientaciones de los sucesores de Pedro y de los Apóstoles.” CC&RR, Constitución 6