El padre y fundador de la Congregación Oblata se regocija. Fue cuando Eugenio explicaba entusiásticamente al Papa sobre el generoso celo misionero y extraordinarios logros pastorales de los Oblatos, que el Papa reconoció esta tarea como proveniente de Dios– como un regalo, un carisma, para la Iglesia.
“¿¡Lo ha entendido bien, querido amigo, y que todos nuestros queridos Hermanos comprendan lo que vale la palabra de boca del Jefe de la Iglesia de Jesucristo?!…
… Es algo extraordinario y nunca podremos agradecer a Dios una protección tan poco merecida, y lo que todos ustedes, mis queridos hijos, quienes sirven a Dios con tanto amor, han logrado desde lejos, para mi consuelo y felicidad de toda la Sociedad..”
Carta a Henri Tempier, Diciembre 22, 1825, EO VI núm. 213
“Es imposible para alguien rechazar cualquier cosa proveniente de Dios” Herodoto