Eugenio admiraba a los Hermanos en Roma y deseaba que más se unieran a los Oblatos en Francia.
Entre otros, tienen tres alemanes valiosos en Perú… No sé por qué no tenemos de esos buenos alemanes en Francia.
Con tristeza hace un comentario sobre la situación en Francia. Los que consideraban la vocación como Oblatos, preferían ser sacerdotes, pues parecía muy fácil entrar al estado eclesiástico.
Respecto a los franceses, se entiende por qué los jóvenes inclinados a la vida religiosa, al poder ser admitidos al estado eclesiástico sin dinero ni talentos, se dejan llevar por ese camino…
Carta a Henri Tempier, Enero 28, 1826, EO VI núm. 221
Hoy en día se enfatiza el valor de la vocación como Hermano Oblato:
“Los Hermanos oblatos participan del único sacerdocio de Cristo. Están llamados a colaborar a su manera en la reconciliación de todos los seres en Él (cf. Col 1, 20). Por su consagración religiosa dan testimonio de una vida enteramente inspirada en el Evangelio.” CC&RR, Regla 7 c