En el difícil período en Roma tramitando la aprobación de la congregación Oblata, fue la intimidad de Eugenio con Dios lo que le logró la fuerza y bendiciones que necesitaba. Este fue el caso especial de cuando se hizo uno con Jesús en la Comunión en la Misa.
“Jesús no dijo, ‘Bienaventurados quienes se ocupan de los pobres.’ Dijo, ‘Bienaventurados nosotros, por estar donde somos pobres.’ Es ahí donde Dios nos ama más y nos lleva a una comunión más profunda con Él.” Henri Nouwen |
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