APROBACIÓN DE LOS OBLATOS: NUESTRO ORIGEN PROVIENE DE DIOS

Al compartir las buenas noticias de nuestra aprobación con los Oblatos, Eugenio reflexiona en su significado. El Papa reconoció la mano de Dios y el carisma del Espíritu Santo, al dar existencia a los Oblatos.

Todo el mundo está asombrado con el hecho. Los mismos que fueron llamados a dar su opinión al ejecutar la voluntad bien definida del Papa, están sorprendidos de esta convergencia unánime de pensamientos, pero sobre todo, de la imperturbable resolución del Santo Padre, a quien nada pudo apartar de la idea que el Espíritu Santo le inspiró desde el primer día en que me postré a sus pies y le presenté el plan de esta obra, que ahora podemos llamar divina. El Papa supo y valoró todo en su profunda sabiduría. No se trata de  la opinión, el sentimiento y la aprobación de algunas personas particulares, de algunos prelados: tenemos el parecer, el sentimiento y la aprobación del Jefe de la Iglesia…  El breve que se nos va a otorgar será también, de algún modo, la obra del Santo Padre, pues él mismo ha prescrito algunas cosas que deben ser incluidas,

Carta a Henri Tempier y todos los Oblatos, Febrero 18, 1826, EO VII núm. 226

 

“Porque yo, tu Dios, te tengo asido por la diestra. Soy yo quien te digo “No temas, yo te ayudo”. No temas, gusano de Jacob, oruga de Israel: yo te ayudo,  dice el Señor y tu Redentor, es el Santo de Israel.”     Isaías 41:13-14

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