Eugenio escribió sobre la experiencia del Viernes Santo siete años después de que sucediera. Durante este tiempo él había estudiado en el seminario, había sido ordenado y llevaba tres años de ministerio. El recuerdo del acontecimiento era todavía muy poderoso para él- y expresa el corazón de la experiencia en la terminología de Agustín
¿Para qué decir más? ¿Podré expresar algún día lo que entonces experimenté? El solo recuerdo me llena el corazón de dulce satisfacción.
He buscado, pues, la felicidad fuera de Dios y no he encontrado fuera de él más que aflicción y pesadumbre.
Notas de retiro, diciembre 1814, E.O. XV n.130