LA CONGREGACIÓN OBLATA ES COMO UNA MADRE NECESITADA DE AFECTO

Ahora que la Congregación Oblata había sido aprobada por la Iglesia, tenía equidad a todas las demás congregaciones religiosas e iguales obligaciones.

Los Oblatos de la Santa e Inmaculada Virgen María son un cuerpo, una Sociedad, o, dicho de otro modo, una Congregación en la Iglesia, como ya les he dicho, igual que los Lazaristas, los Pasionistas, los Ligorianos, etc. 

La primera obligación es honrar debidamente a la Congregación, como los hijos a su madre. A través de su vida, el Fundador se refiere frecuentemente a la imagen de la Congregación Oblata como madre.

Los miembros que componen estas Congregaciones honran a sus madres con el afecto que les profesan. 

La segunda consecuencia es la tarea de ser fieles a la Regla de Vida, ahora que pertenece a la Iglesia universal.

¿Solo entre nosotros habría malos hijos? Que tengan cuidado. Ya no tienen excusas, o más bien pretextos, para hacerse ilusiones en sus pensamientos de infidelidad. Darán cuenta ahora a Dios y a la Iglesia. El jesuita, el franciscano o el cartujo no está más obligado que nosotros a observar sus Reglas; los unos y los otros tienen la misma sanción. Estábamos sin duda obligados a observarla cuando éramos simplemente tolerados; pero ahora que estamos aprobados y que los menores detalles de nuestras Constituciones han sido reconocidos y garantizados por la Iglesia ¡ay de aquel que las desprecie!

Carta a Henri Tempier, Marzo 9, 1826, EO VII núm. 229

 

“Tu fidelidad te hace confiable ante Dios.”      Edwin Louis Cole

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