Regocijándose con los Oblatos sobre el significado de la aprobación de nuestra Congregación, Eugenio señala que nos convertimos en “otras personas”:
Después de esto, lo que pido a Dios es que escoja y envíe los hombres que nos hacen falta para realizar su obra. Tiene usted razón al decir que les parecía a todos ser otros hombres: así es en verdad. ¡Ojalá comprendamos bien lo que somos!
Carta a Henri Tempier, Marzo 20, 1826, EO VII núm. 231
“¡Ojalá comprendamos bien lo que somos!” En el “Prefacio” Eugenio lo había explicado claramente:
No basta, con todo, que estén convencidos de la excelencia del ministerio a que son llamados. El ejemplo de los santos y la razón misma prueban claramente que, para el felíz éxito de tan santa empresa y para mantener la disciplina en una sociedad, es indispensable fijar ciertas normas de vida que aseguren la unidad de espíritu y acción entre todos los miembros. Esto es lo que da fuerza a los organismos, mantiene en ellos el fervor y les asegura la permanencia.
Regla de 1818, Parte Uno, Capítulo Uno, §3. Nota Bene. Misiones, 78 (1951) pág. 16
“La gratitud confiere reverencia, permitiéndonos encontrar epifanías cada día, esos momentos trascendentes de asombro que cambian para siempre nuestra experiencia de la vida y el mundo.” John Milton