NO PUDE EVITAR EL RECUERDO DE AQUELLA ARDIENTE Y EDIFICANTE CONGREGACIÓN QUE ESTABLECÍ EN AIX

Al describir la visita a una de las grandes casas de los Jesuitas en Roma, Eugenio fue inspirado a escribir:

Al mismo tiempo se oían por toda la casa otras voces que cantaban también las alabanzas de Dios; se trataba de congregaciones dirigidas igualmente por los padres jesuitas y divididas según las edades y clases de los jóvenes. No pude evitar el recuerdo de aquella ardiente y  edificante congregación que establecí en Aix, que proporcionó tantos eclesiásticos a la Iglesia y tantos buenos cristianos al mundo, la cual subsistiría aún, a pesar de mi ausencia, si la envidia y el falso celo no hubiesen conspirado contra ella para destruirla.

Diario en Roma, Abril 3, 1826, EO XVII

 La Congregación de la Juventud había sido establecida y apoyada por el celo, entusiasmo y personalidad de Eugenio. Sin embargo, al salir de Aix en 1823, los jóvenes comenzaron a irse. La Congregación de la Juventud había llenado un hueco y cubierto una gran necesidad al ser iniciada por Eugenio, cuando Napoleón persiguió a la Iglesia.

Pero la situación cambió, y como señala Yvon Beaudoin: “ En 1826 subsistía la asociación de la juventud de Aix con pocos miembros, dirigida por el P. Courtès. Los jesuitas, encargados del seminario menor de Aix, fundaron una congregación mariana que atrajo a los jóvenes cristianos del lugar. Hubo también otra congregación juvenil semejante a la de la casa oblata, dirigida primero por un jesuita y más tarde por la Congregación del S. Corazón del Niño Jesús, fundada por el abad Timon-David.” (Nota al Calce en la entrada anterior del Diario)

 

“El entusiasmo lo es todo.  Debe ser firme y vibrante, como la cuerda de una guitarra.”   Pelé

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