BOLAS RODANTES DE FUEGO, EN PELIGRO DE CONSUMIRSE

Al recibir las noticias de la atareada predicación y ministerio de los Oblatos durante las celebraciones del jubileo en Aix, Eugenio responde:

La noticia que me da del Jubileo de Aix es mortal. No es posible que nuestros Hermanos resistan esa fatiga. Se trata de lo que hice al inicio, con gran detrimento de mi salud; temo que el P. Mye, y sobre todo el P. Suzanne, que toma las cosas con entusiasmo, se deterioren. Hay que hacer todo lo posible para evitar que se echen a perder obreros de tal valía.

Concluye la carta subrayando de nuevo:

Al escribir a nuestros Padres, encomiéndeme a sus oraciones y recomiéndeles no tentar a Dios con un trabajo excesivo, fuera de orden. Adiós a todos.

Carta a Henri Tempier, Marzo 30, EO VII núm. 233

Eugenio se refiere a la experiencia personal de haberse permitido llevar por su celo misionero al extremo del colapso físico. No deseaba que sus colaboradores llegaran al mismo punto. Durante el período en que se vio forzado a descansar y recuperarse diez años antes, resolvió en su diario:

Hace falta que duerma y coma, que descanse cuando esté rendido. Me ha ido mal por no comprenderlo antes. Estoy todavía a tiempo de cambiarlo; el mal no es irremediable, pero sería una locura prolongarlo más.
Ocurra lo que ocurra, dormiré el tiempo necesario para no estar estropeado al levantarme, como me sucede habitualmente. Tengo que reprocharme excesos de este tipo desde el primer año de mi seminario. Reconozco que sería culpable no cambiando de sistema, ya que mi salud, que era inalterable, ha sufrido ya mucho. El ejemplo de los santos me ha seducido, pero al parecer Dios no me pide  lo mismo, pues parece advertírmelo por la disminución de mi fuerza y la alteración de mi salud.

Notas de Retiro, Julio-Agosto 1816, O.W. XV núm. 139

 Si al menos pudiéramos ser móviles, es decir, que pudiéramos ser dos grupos, de los cuales uno descansara y el otro trabajara, con la ayuda de Dios, avanzaríamos bastante.

Carta a M. Arquier, Párroco de Saint-Remy, Diciembre 25, 1816, O.W. XIII n 139

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