Cuando Eugenio vivió en Aix, hizo de la iglesia Oblata un centro de misión, a la que la gente llegaba para nutrirse con la predicación, la oración y la recepción de los sacramentos. Insiste en que los Oblatos intenten reinstaurarlo.
Procure también, sin afectación, que nuestra iglesia vuelva a tener popularidad. ¿Dónde se glorificó antes tanto a Dios en Aix? El demonio lo sabe bien y por eso ha movido todo para apartar a los fieles;
Aix, como centro de misión, era un lugar adonde la gente llegaba la tarde del domingo para recibir una firme instrucción en su fe. Desde su partida, la calidad de dicha instrucción había cambiado, a favor de los sermones en general. Señala la necesidad que tiene la gente de recibir instrucción – de aprender más y más sobre su fe.
yo querría perfeccionaran el tipo de instrucción dominical. En mi tiempo, yo daba conferencias que eran muy prácticas para instruir y acercarles a Dios; entonces la iglesia resultaba pequeña para recibir a los fieles que acudían de todos los puntos de la ciudad; desde que se han dedicado a dar sermones, ya no hay nadie. Me disgusta mucho no estar en Aix al fin del jubileo; habríamos arreglado algo acerca de esto. Me agradaría mucho se diera catequesis, pues hay necesidad de instrucción. El ejercicio de la tarde ya no es desde hace tiempo lo que yo había establecido. La sustancia y el tono han cambiado igualmente; se le ha convertido en una especie de sermoncito. No es lo que yo pretendía. Se emplea demasiado tiempo y trabajo, para nada.
Carta a Henri Tempier, Marzo 30, 1826, EO VII núm. 233
“Si Dios te ha dado los bienes del mundo en abundancia, es para ayudarte a ganar los del Cielo y ser un buen ejemplo de sana enseñanza a tus hijos, sirvientes y parientes.” San Ignacio