AL ESTAR ENTRE LOS OBLATOS ME ENCONTRARÉ EN EL CENTRO DE TODO MI AFECTO

En el trayecto a Francia después de su larga estadía en Roma, Eugenio expresa su impaciencia por estar con los Oblatos, quienes ocupan el centro de su afecto.

Me impaciento, créame, por la necesidad de verlos y vivir con todos ustedes. Este último retraso me lleva al límite de mi resignación; cuando pienso que si no fuera por ello ya les habría abrazado contra mi corazón, me entristezco; pero es necesario. Adiós. Adiós.

Carta a Henri Tempier, Mayo 30, 1826, EO VII núm. 246

El pensamiento de estar con ustedes después de pasar seis meses a tanta distancia aumenta mi alegría, pero aunque no considero a Francia como la tierra prometida, al estar ahí con lo que más quiero en el mundo, no puedo dejar de gemir un poco al verme retenido, como los israelitas, cuando estaba a punto de llegar.

Carta a Jean Baptiste Honorat, Mayo 28, 1826, EO VII núm. 244

 …  Me alegra pensar que dentro de quince días, ya no habrá montes ni mares entre nosotros. Salgo el martes de Turín; nada puede retenerme en Saboya. Apenas haya tratado el asunto que allí me lleva, por el cual según la costumbre, habrán de rezar, tomaré la diligencia y llegaré, con la ayuda de Dios, primero a N.D. de Laus, donde permaneceré dos días para no desairar a nuestros Padres, y luego a Aix, donde corro peligro de ahogarlos al abrazarlos contra mi corazón, que palpita con sólo pensar en la dicha de encontrarme en el centro de todo mi afecto…

Carta a Hippolyte Courtès, Mayo 31, 1826. EO VII núm. 247

 

“No eliges a tu familia. Ellos son el regalo de Dios para ti, al igual que tú lo eres para ellos.”   Desmond Tutu

Esta entrada ha sido publicada en cartas y etiquetada como , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *