Lloro a un hermano tan precioso para nuestra Sociedad, a la que tanto quiso, pero desapruebo en cierto modo mis lágrimas, como si me atreviera a lamentar su felicidad. Será nuestro protector ante Dios.
Eugenio, como hombre y padre de la familia Oblata, expresa el dolor que siente por la muerte de Jacques Marcou.
Resignémonos. Nuestro Padre en el cielo conoce nuestras necesidades y Él proveerá; con todo, mi corazón sufre mucho. No tengo suficiente virtud para sobreponerme por completo a la naturaleza en el amor que siento por mis queridos hijos, a quienes quiero tanto y lo merecen.
Carta a Jean Baptiste Honorat, Agosto 21, 1826, EO VII núm. 251
“Aún extraño a mis seres queridos que no están ya conmigo, pero estoy agradecida de haberlos amado. La gratitud ha conquistado a la pérdida al final.” Rita Mae Brown