¿CÓMO PRESENTARÁS TUS EXCUSAS POR NO HABER PRACTICADO LO QUE CONOCÍAS SUFICIENTEMENTE POR DECÍRSELO A OTROS?

Meditando todavía sobre el tema de la muerte en su retiro, Eugenio reflexiona sobre su sacerdocio a las puertas de la muerte y extrae el principio de la necesidad de practicar lo que predica.

Y esos medios de salvación descuidados. Esos sacramentos recibidos y administrados. Qué partido habían sacado de ellos los santos, y vosotros ¿qué uso habéis hecho de ellos? Esa palabra sagrada que habéis predicado ¿cuántas hermosas verdades habéis anunciado durante vuestro ministerio? Instabais a los pecadores a volver a Dios, etc. Erais inagotables en los consejos que a nadie negabais sobre cómo debe uno acercarse a los sacramentos para que le sean de provecho, etc. A la hora de la muerte recordaréis haber hablado bien, dado buenos consejos, etc. Pero ¿cómo os excusaréis de no haber practicado lo que sabéis decir tan bien a los otros?…

Notas de retiro, diciembre 1814, E.O. XV n. 130

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