Los Oblatos habían estado presentes en Marsella a partir de 1821, con un ministerio tan floreciente, que se encontraban en proceso de ampliar la propiedad de su comunidad. Eugenio quería que el noviciado se mudara a una parte de esta casa. Sus planes nos dan una idea de la vida sencilla que siempre deseó para los Oblatos.
Pienso que se ha ocupado de terminar la casa para poder poner ahí el noviciado, si verdaderamente opta por trasladarlo a Marsella; pero debo recordarle mantener la sencillez y lo estrictamente necesario. Tengo hermosos ejemplos. ¿Será tan necesario que los novicios tengan colchones en sus camas? No deberíamos tenerlos nosotros. En lugar de los colchones, preferiría completar la provisión de ropa de buena calidad, sábanas, toallas, servilletas y paños de limpieza (pues tendríamos mesas sin manteles, como en Aix), algo de batería de cocina, algunos libros y la capilla.
Previendo el futuro, Eugenio encontraba la necesidad de invertir suficientes fondos para cuidar a los Oblatos que no aportaban ningún ingreso a la comunidad – y así darles la libertad necesaria para su ministerio.
Después de esto, que se empiece a restituir lo que la Sociedad ha aportado desde hace varios años, pues urge asegurar cada año algo para las necesidades de los miembros, aunque solo sea para ofrecerles alimentos y vestido, pues preveo el día en que Digne y Gap ya no lo hagan y entonces ¿qué haremos? No pierda esto de vista en todos sus proyectos.
Carta a Henri Tempier, Febrero 11, 1826, EO VII núm. 223
“Las posesiones innecesarias son cargas innecesarias. ¡Si las tienes, debes ocuparte de ellas! Hay una gran libertad en la sencillez de vida. Son más felices quienes no tienen demasiado, sino lo suficiente.” Peregrino de Paz