Los Oblatos se encontraban realizando una misión entre “los pobres montañeses abandonados,” y el grupo quería extender su estadía con ellos. Reconociendo su generosidad, incluso les exige no prolongar la misión más allá del tiempo necesario para el descanso.
Sabía bien que tendrían dificultad para salir de Cévennes. Esa comarca es atrayente para misioneros hambrientos de la salvación de las almas, pero en los proyectos que me propone, no veo que se tome en cuenta el descanso. Sin embargo, es tan necesario como el trabajo. Prefiero sin duda que empleen su celo en favor de los pobres montañeses abandonados, antes que perder el tiempo con los altivos habitantes de las ciudades desdeñosas. Pero, una vez más, no puedo dispensarles del descanso que les es debido por derecho natural.
Carta a Pierre Mie, Septiembre 7, 1826., EO VII núm. 253
“Si algún hombre siempre insistiera en la seriedad, sin nunca permitirse un momento de diversión y descanso, se volvería loco o inestable, sin saberlo.” Herodoto