Los Padres Honorat (de 28 años de edad), Martin (24 años) y Sumien (25 años) realizaban una misión parroquial en la aldea de Condoulet. Estos tres jóvenes Oblatos estaban llenos de celo y entusiasmo, y a Eugenio le preocupaba se excedieran en su esfuerzo.
Exijo que dediquen al menos siete horas al sueño.
Necesitan poner las cosas en perspectiva y sólo hacer lo que puedan – sin creer que son indispensables.
Los que no puedan confesarse un día, vendrán después, y aun en el caso que no pudieran pasar, no cancelo mi orden.
Abrazo a esos queridos misioneros; me resulta difícil no estar ellos. Dios colme a todos de sus gracias más abundantes; por mi parte, les bendigo en su nombre y los quiero. Adiós.
Carta a Jean Baptiste Honorat, Enero 22, 1828, EO VII núm. 291
El consejo de Eugenio sigue vigente hoy en día para el ministerio. Una de las tentaciones al ser trabajadores pastorales es creer que necesitamos dar respuesta inmediata a todos los problemas y necesidades pastorales. Tendemos a sentirnos indispensables y con culpa cuando no podemos responder.
“Los cementerios del mundo están llenos de gente indispensable.” Charles De Gaulle