Recién había brotado una epidemia de viruela en Marsella, traída en un barco del Medio Oriente. Eugenio se encontraba en Laus al escribir:
Quisiera estar en Marsella para arreglar todo con el obispo y usted; quisiera también estar al pendiente de los peligros que me comenta… Mi plan sería salir el sábado de Grenoble y el lunes de Gap, pues deseo estar con ustedes en una circunstancia tan penosa en todos los aspectos.
Carta a Henri Tempier, Junio 24, 1828, EO VII núm. 304
Eugenio consideraba a las víctimas de las epidemias como parte de los más abandonados y merecedores de la atención de los Oblatos. Como intención de su primera Misa, pidió por:
La perseverancia final y hasta el martirio, o al menos la muerte sirviendo a los enfermos, o cualquier otra clase de muerte por la gloria de Dios o la salvación de las almas
Una de las intenciones por las que ofreció su primera Misa, E.O. XIV núm.100
Recordamos ahora cómo casi perdió la vida al servir a los prisioneros austriacos en 1814. Esa fue su oblación: estar preparado para darlo todo, incluso la vida por la salvación de los demás. Treinta y cinco años después recordaba:
He deseado toda mi vida morir víctima de la caridad. Sabes que esta corona me fue quitada desde los primeros años de ministerio. Dios tenía sus designios, ya que quería encargarme dar una nueva familia a su Iglesia, pero para mí hubiera valido más me dejara morir del bendito tifus que recibí al servicio de los prisioneros.
Carta a Henri Tempier, Septiembre 12, 1849, E.O. X núm.1018
La respuesta de los Oblatos muestra cómo habían comprendido este aspecto de la oblación.
El P. Mye y el P. Touche me pidieron insistentemente enviarlos a Marsella si hay peste allí. El P. Dupuy desearía, como ellos, dedicarse al servicio de los enfermos; estos ofrecimientos, los han hecho esos buenos Padres en la forma más edificante y seria. El P. Touche comenzó ofreciendo a Dios el sacrificio de su vida en la misa de esta mañana.
Carta Henri Tempier, Junio 24, 1828, EO VII núm. 304
“Con compasión puedes dar la vida por los demás, como la madre que puede morir por su hijo. Tienes el valor de decirlo, pues no tienes temor de perder nada, sabiendo que la comprensión y el amor son la base de la felicidad. Pero si temes perder tu posición, no tendrás el valor de hacerlo.” Thich Nhat Hanh