Por cinco años, “San Eugenio nos Habla” ha existido a través de las cartas de San Eugenio de Mazenod en forma cronológica. Al prepararnos para el bicentenario de nuestra fundación, me he preguntado cómo dar un mayor enfoque a estas reflexiones diarias y que el beneficio del aniversario sea de una forma más profunda y transformadora.
Estoy cansado de escuchar a la gente decir que la “Espiritualidad Oblata/Mazenodiana” no existe. Difiero por completo del comentario, por lo que deseo tomar algún tiempo para reflexionar en nuestra espiritualidad, según ha sido expresada y vivida en los 200 años de nuestra existencia como Oblatos.
¿Qué queremos decir por “espiritualidad?” Es un concepto que está de moda actualmente, y parece haber tantas definiciones como personas que hablan de ello en todo tipo de contextos. La espiritualidad trata todo acerca de nuestra comprensión y experiencia de Dios, como base y principio guía de nuestras vidas diarias. Es el “espíritu” que da significado a nuestras vidas.
Eugenio estaba consciente de este “espíritu” en su vida personal y en la vida de los Oblatos de todos los tiempos. Al escribir a su colaborador más cercano, explicaba:
Mi primer compañero, desde el primer día de nuestra unión, captaste el espíritu que debía animarnos y que debíamos comunicar a los demás
Carta a Henri Tempier, Agosto 15, 1822, EO VI núm. 86
Tomemos algo de tiempo hoy, mientras viajamos con Eugenio, para reflexionar en estas preguntas, “¿Cuál es el espíritu que me anima? ¿Qué une todo en mi vida?”
“La espiritualidad tiene todo que ver con experimentar a Dios y con la transformación de nuestra consciencia y nuestra vida, como resultado de dicha experiencia…” Richard McBrien