Al tiempo que estoy convencido de que el punto focal de la espiritualidad de Eugenio es su comprensión de la Cruz como fuente de energía y misión a lo largo de su vida, es importante verlo como parte de un trayecto espiritual y no como un suceso aislado. La travesía espiritual de Eugenio dio inicio en su juventud y todas sus experiencias contribuyeron a conformar su enfoque. Su recuerdo más antiguo registrado es:
Dios había puesto en mí, diré, casi como un instinto para amarle, aun cuando no estaba todavía formada mi razón, y me complacía ya estar en su presencia, elevar mis débiles manos hacía El, en escuchar su palabra en silencio, como si la hubiese comprendido.
Naturalmente vivo y petulante, bastaba me llevaran ante los altares para lograr en mí la dulzura y la más perfecta tranquilidad; tanto disfrutaba entonces las perfecciones de mi Dios por instinto, como he dicho, pues a esa edad no podía conocerlos.
Notas del retiro en preparación para la ordenación sacerdotal
Diciembre 1-21, 1811, EO XIV núm. 95
A la edad de 29 años recordaba sus experiencias religiosas siendo niño y su sentido instintivo de la presencia de Dios. Sería una característica de su espiritualidad, que le acompañó como adulto.
Es importante que cada uno de nosotros hagamos lo mismo: recordar nuestras experiencias religiosas anteriores y las re-examinemos a la luz de nuestro viaje actual. Descubriremos patrones de una expresión espiritual, enraizadas en las experiencias previas.
“Hay tres formas principales de adquirir conocimiento… la observación, la reflexión y la experimentación. La observación recoge hechos; la reflexión los combina; la experimentación verifica el resultado de la combinación.” Denis Diderot