Regresando a la época en Venecia, Eugenio siguió la mano de Dios cuando construyó la dirección de su vida a través de los demás:
¿Podré alguna vez agradecer lo suficiente la infinita bondad de Dios al haberme dado tal ayuda justo en la edad más difícil de la vida, época decisiva para mí, donde por obra de un hombre de Dios llegó a mi alma, preparada por su mano hábil y la gracia del Espíritu Santo de quien él era instrumento, los cimientos de la religión y piedad sobre los cuales la misericordia de Dios ha construido el edificio de mi vida espiritual?
El método utilizado por Don Bartolo fue sencillo: proporcionar un ambiente de cariño.
A partir de entonces, todos los días durante casi cuatro años iba después de la misa con esos maestros benévolos, que me hacían trabajar hasta mediodía. Después de la comida, D. Bartolo, cuya salud exigía muchos cuidados, venía por mí a casa para dar un paseo, que tenía como meta la visita a alguna iglesia, donde nos deteníamos a rezar. Al regreso reanudaba el trabajo, hasta la tarde. Algunos sacerdotes se reunían a esa hora para rezar el oficio en común. Se iba luego al salón, donde algunos amigos de la familia tenían un honesto recreo. Después del café la gente se retiraba, excepto yo, que en cierto modo formaba ya parte de la familia y cenaba con ella, rezaba el rosario y la oración según la costumbre del país, entonces tan bueno.
Diario del Exilio en Italia, EO XVI
Fue en esta cariñosa comunidad familiar que el joven adolescente creció y se desarrolló. En años posteriores, el Padre Eugenio utilizó el mismo método de proporcionar una comunidad amorosa como ambiente para el crecimiento de los miembros de su Congregación de los Jóvenes en Aix. Después fue el espíritu que deseó para las comunidades Oblatas.
La reflexión en la experiencia del joven Eugenio, me lleva a los sucesos, lugares y personas que contribuyeron a mi desarrollo. ¿Quién y qué me ayudó a descubrir un sueño y hacerlo realidad?
“Puedes diseñar y crear, y construir el lugar más maravilloso en el mundo. Pero se requiere de personas para hacer que un sueño sea realidad.” Walt Disney